Podemos quejarnos todo el día y rezar por el milagro de que la industria de las bebidas azucaradas deje de fabricar bebidas que nos enferman, pero es poco probable que esto consiga resultados satisfactorios. Por eso, estamos asumiendo el desafío de crear una bebida metabólicamente positiva que no sólo sea buena para la salud humana, sino también para el medio ambiente.